Sí, las caricias, las respuestas al llanto del bebé, los cuidados responsables, predecibles, repetitivos, las interacciones bebé- cuidador (las nanas, las sonrisas, las miradas, los gorgeos respondidos con arrullos y besos…) son el contexto necesario para que las neuronas del bebé se desarrollen, busquen a otras, se conecten entre sí, formen redes y su cerebro crezca con todas las funcionalidades operantes.
Ayer finalizamos el curso virtual ‘Trabajo Historia de Vida’ de esta Escuela en una jornada de encuentro y reflexión entre profesionales y familias acogedoras y adoptivas.
Ayer se presentó la Plataforma Andaluza de Asociaciones de Familias de Acogida y Colaboradoras, en Otura (Granada), cuyo cometido principal es defender el derecho a crecer en familia, visibilizar las necesidades de niños, niñas y adolescentes del sistema de protección y promover el compromiso social ante las necesidades de una niñez y adolescencia que han sufrido situaciones de abandono y requieren de un referente familiar que les permita un desarrollo emocional saludable.