Otras actividades que complementan el trabajo de historia de vida

Actividades basadas en el juego

Especialmente con los niños y niñas entre 4 y 7 años, el juego simbólico y dramático con muñecos, telas y materiales sencillos ofrece grandes posibilidades para expresar sentimientos y deseos, representar diferentes roles y aprender de diferentes modelos.

Con niños y niñas mayores, se pueden introducir también juegos de reglas o de simulación y todo tipo de juegos de mesa. Unos juegos pueden estar más indicados para facilitar la comunicación, otros para ayudar a la expresión de sentimientos y otros para descubrir expectativas y deseos, pero no debemos olvidar que en la práctica del trabajo de historia de vida se puede jugar sin perseguir una finalidad concreta sino simplemente para divertirnos.

Hacemos referencia a continuación a algunos juegos especialmente indicados en el trabajo de historia de vida.

Títeres y marionetas: La imaginación de los niños y niñas se desborda en el juego con títeres y marionetas al dar vida a diferentes personajes que pueden ser elaborados con telas, madera o con cualquier otro material y que

simulan a personas, animales, monstruos, etc. Para desarrollar esta actividad es necesario contar previamente con algunos de estos muñecos y que el niño o la niña y el adulto elijan los personajes con los que van a jugar. A continuación, con los personajes elegidos se crea una historia y seguidamente se representa improvisando las escenas.

Disfraces: El punto de partida es pensar en un personaje o en una situación que le gustaría simular. Pensar qué ropas utilizar para disfrazarse de dicho personaje, cómo pintarse la cara, cómo peinarse, etc. Posteriormente, se llevará a cabo la representación, en la que sería positivo dejar que el niño o niña guíe la acción.

Juegos con materiales sensitivos: La utilización de materiales como colores, pinturas de dedos, recipientes con agua, arena, etc., sobre todo con los más pequeños (entre 3-6 años), logrará que los niños y las niñas disfruten y se expresen de manera libre y creativa, a la vez que les puede ayudar a rebajar la tensión que les pueda crear el tratamiento de determinados temas en el trabajo de historia de vida.

Actividades basadas en el dibujo y la pintura

El dibujo es un elemento fundamental que no debe faltar a lo largo de todo el trabajo de historia de vida. La información que aparece representada en un dibujo puede ser un indicador de desarrollo intelectual y evolutivo, así como un elemento para la evaluación de su personalidad y de su estado emocional. Pero, sobre todo, es una puerta abierta a la forma en que el niño o la niña percibe e interpreta su mundo de relaciones y personas significativas. Podemos pedirles que se dibujen a sí mismos o que dibujen a su familia o a su familia acogedora, a sus amigos/as o a nosotros mismos mientras estamos con él o ella. Se puede dibujar su casa, el centro de acogida, la casa de su familia acogedora, o cualquier otro tema o personaje que le motive o interese.

A modo de ilustración de sus enormes posibilidades, se detallan a continuación dos propuestas de actividades que implican el dibujo.

Dibujando nuestras manos: Es una actividad que combina dibujo y manualidades. Para comenzar esta actividad, la persona encargada del trabajo de historia de vida debe disponer del material necesario: cartulina, lápices, rotuladores, tijeras y pegamento. A continuación, se le pide al niño o niña que ponga la mano con los dedos abiertos y extendidos sobre la cartulina y que

dibuje el contorno de su mano pasando con el lápiz entre los dedos.

Caras con expresión: Es una actividad que combina dibujo y manualidades para facilitar el reconocimiento y la expresión de diferentes estados de ánimo.

En primer lugar, es necesario que el niño o la niña piense en distintas emociones que conozca. Se podrá sugerir al niño o niña otros estados emocionales cuando sean muy pocos los que él o ella nos diga. Lo ideal con niños y niñas de entre 3 y 6 años es alcanzar un mínimo de 5 estados de ánimo básicos (p.e. alegría, tristeza, sorpresa, miedo, enfado) a los que pueden incorporarse algunos más cuando se trabaja con niños y niñas más mayores.

Luego, ambos dibujarán la expresión facial característica de cada emoción en un pequeño trozo de cartulina e introducirán cada uno de ellos en una caja o en una bolsa de tela o plástico. De este modo, primero uno después otro, según el orden que establezca, deberán sacar una cara de la bolsa y tratar de representarla poniendo la expresión del estado emocional que refleje. Esta actividad da pie a hablar con el niño o la niña acerca de la última vez que se ha sentido contento, triste, enfadado,… y a compartir esos momentos u otros que ellos quieran con nosotros.

Actividades basadas en las manualidades

Existe un sinfín de actividades manuales posibles donde la creatividad y los intereses de los niños y las niñas juegan un papel importante. Como ejemplo de estas posibilidades, aquí destacamos dos:

Caretas: El objetivo de esta actividad es facilitar el reconocimiento y la expresión de diferentes emociones mediante la elaboración de unas caretas. La tarea consiste en dibujar caras con distintas emociones previamente identificadas por el niño o la niña (p.e. alegría, tristeza, sorpresa, miedo, enfado), colorearlas si se desea y, posteriormente, recortarlas. Una vez elaboradas las caretas, podremos comenzar a utilizarlas. Se puede plantear al niño o niña una serie de situaciones sencillas (p.e., preguntarles por sus jugadores o equipos de fútbol preferidos o por cosas que les pasan a sus personajes favoritos) y pedirle que se ponga la careta con la expresión que mejor define lo que él o ella siente en relación con la situación que le planteamos. Cuando hayamos trabajado durante varias sesiones, esta actividad puede ayudar a explorar los sentimientos del

niño o la niña en relación con personas y hechos más cercanos y delicados, a través de cuestiones como: ¿Cómo te sentiste el otro día cuando te peleaste con Antonio? ¿Cómo te sientes cuando vienen tu papá y mamá a verte? ¿Cómo te lo pasaste el día de tu cumpleaños?

Collages: Lo primero es que el niño o la niña y la persona responsable del trabajo de historia de vida elijan juntos, teniendo en cuenta las preferencias y gustos del niño o la niña, la temática de la que desean hacer el collage.
Se pueden hacer collages, con texto e imágenes, de animales, paisajes, personas, acontecimientos, noticias, como recuerdo de viajes, excursiones o fiestas o de cualquier cosa que les interese o les preocupe. También se pueden hacer collages artísticos mezclando de modo creativo y expresivo diferentes elementos a la vez.
La elaboración conjunta de collages es una actividad que propicia un clima de confianza y de conocimiento entre la persona adulta y el niño o la niña, que refuerzar el resto del trabajo de historia de vida.

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