Los niños, niñas y adolescentes que viven en centros de acogida necesitan de alguna persona adulta de referencia que les escuche, les entienda, les abrace, que les quiera y a quien querer. Las familias colaboradoras son familias, parejas o personas mayores de edad que ocupan este lugar, les ofrecen la oportunidad de compartir fines de semanas, vacaciones y fechas señaladas. De este modo permiten a estos niños y niñas disfrutar de un entorno diferente y conocer lo que supone una relación familiar sana. Contribuyen así a paliar las consecuencias negativas que implica vivir un largo periodo de tiempo en un centro sin un referente familiar.

En esta ocasión intervienen Cristina Gómez, psicóloga de la ONG ‘Crecer con Futuro’ y dos familias colaboradoras: Jesús Ortega y Gema Carrasco.