Cuando niños, niñas y adolescentes sufren malos tratos o abandono, su cerebro no puede desarrollarse bien. El maltrato y la negligencia durante la infancia van a provocar que las áreas cerebrales que se encargan del procesamiento emocional (las amígdalas, encargadas de reaccionar a las situaciones de peligro desenca-denando respuestas de lucha o huida, y los núcleos accumbens que responden a situaciones placenteras) sean mucho más activas que las zonas encefálicas que deberían controlarlas (sobre todo, la corteza prefrontal). Esto predispone al individuo a situaciones de secuestro emocional, en las que la rabia o el deseo pueden tomar el mando y producir comportamientos impulsivos, dirigidos a la satisfacción inmediata o a una conducta colérica y destructiva.
neurodesarrollo
Desarrollar el cerebro a través del juego: actividades para bebés, niños y niñas
Desde la infancia, el juego es una parte importante de la vida de un niño. En el caso de los bebés y los niños pequeños, las interacciones sencillas y lúdicas con los adultos ayudan a desarrollar una arquitectura cerebral sólida, las bases de una salud duradera y los elementos básicos de la resiliencia . A través de juegos y actividades lúdicas, los niños y las niñas pueden practicar y fortalecer importantes habilidades de la función ejecutiva que les ayudarán durante toda su vida, como aprender a centrar su atención, fortalecer su memoria de trabajo y desarrollar el autocontrol básico.
El impacto de los contextos de malos tratos en el desarrollo del cerebro infantil
Este capítulo aborda el impacto de los contextos de malos tratos en el desarrollo del cerebro infantil, especialmente en la infancia temprana,
Mejora y práctica de las habilidades de función ejecutiva desde la infancia a la adolescencia
Las habilidades de función ejecutiva y de autorregulación proporcionan un apoyo decisivo para el aprendizaje y el desarrollo de niños y niñas. Nos permiten retener y trabajar con la información en nuestros cerebros, centrar nuestra atención, filtrar las distracciones y cambiar la marcha mental. Este documento recoge una serie de actividades apropiadas a la edad para fortalecer varios componentes de la función ejecutiva. Actividades de función ejecutiva para bebés de 6 a 18 meses; de 18 a 36 meses, de 3 a 5 años; de 5 a 7 años; de 7 a 12 años y adolescentes.
Consecuencias del maltrato infantil para el neurodesarrollo y su impacto en el entorno escolar
El bebé nace con un sistema nervioso por hacer, pero con un dispositivo básico cuya finalidad es vincularse el adulto encargado de cuidarlo y aprovechar la interacción con él para ir integrando el funcionamiento de sus componentes, de modo que todos ellos participen cuando conviene, según las demandas del entorno, regulando el ánimo, la conducta y la actividad de los sistemas corporales de manera que garantice una buena adaptación y un estado saludable.