Una escuela basada en la resiliencia es aquella que desarrolla prácticas educativas desde un enfoque resiliente y enseña al alumnado a afrontar las dificultades de forma positiva, a tener proyectos de vida, a desarrollar sus potencialidades y, en definitiva, a aprender a ser felices, promoviendo de este modo la salud mental, manejando mejor las conductas difíciles y abordando las desigualdades sociales. El Enfoque de Resiliencia Académica (ERA) pretende ser una práctica estratégica que involucra a toda la comunidad educativa para ayudar a que los niños, niñas y adolescentes, especialmente los más vulnerables, logren alcanzar un mejor rendimiento académico a pesar de las circunstancias en las que se encuentran.