Leer y contar cuentos e historias

Aunque el niño o niña no sepa lee los cuentos son un recurso que se puede utilizar a cualquier edad, ya que, puede ver los dibujos e ilustraciones e identificar a los personajes, mientras le leemos la historia.

Los cuentos o historias, a través de un relato construido y narrado en tercera persona, son muy empleadas en el trabajo de historia de vida porque abren una puerta a la comunicación sobre cuestiones relativas al acogimiento, pero sin la carga afectiva que implica hacerlo en primera persona. Estas narraciones permiten al niño o a la niña preguntar con mucha libertad sobre aspectos que le preocupan para luego construir su propia historia.

Una vez finalizada la lectura es muy importante preguntar al niño o niña qué ha entendido del cuento, los personajes que componen la historia, las situaciones que atraviesan o bien pedirle que realice un dibujo sobre el cuento y extraer conclusiones con el niño o niña.

Se pueden utilizar cuentos e historias dirigidas a niños y niña que tienen que afrontar los retos de la separación y del acogimiento o que se enfrentan a diferentes situaciones de adversidad. O cuentos que abordan temáticas de interés para el desarrollo positivo y para el trabajo de historia de vida como por ejemplo cuentos para no tener miedo, para ganar autoestima, para hacer nuevos amigos/as, etc.
Puede ser también interesante utilizar libros con ilustraciones sobre diferentes temáticas que puedan interesar a niños y niñas (dinosaurios, deportes, animales, aventuras, astronomía, videojuegos, ordenadores, etc.) para compartir sus intereses, completar alguna información relativa a su historia o simplemente hacerle sentir reconocido y fomentar su motivación en las sesiones.

El ritual de las velas

Este procedimiento ayuda a niños y niñas a entender que se puede querer a nuevas personas sin renunciar al amor que siente por las que ya forman parte significativa de su vida y de su historia.

Dadas las características del material que se emplea y la dificultad que puede representar para los más pequeños captar su sentido, esta actividad está especialmente recomendada para niños y niñas a partir de 7 u 8 años. La actividad consiste en:

  • Pedirle al niño o la niña que piense en todas las personas que son significativas en su vida.
  • Una vez que el niño o la niña haya identificado a cada una de estas personas, se adjudicará una vela a cada una, que, opcionalmente, podrán ser decoradas, pintadas o se podrá escribir el nombre de cada persona en ellas.
  • Se procederá a hacer una fila con las velas delante del niño o la niña. Se pueden utilizar velas de base ancha, ya sea redonda, cuadrada o de cualquier otra forma, para evitar que se caigan.
  • Le recordaremos que las velas representan a todas las personas que él o ella ha querido a lo largo de su vida.
  • Seguidamente, se coloca delante de la fila otra vela más que representa al niño o a la niña
  • Se enciende esta última vela y se le dice al niño o la niña que el momento de encender la vela representa su nacimiento, momento en el que venía con capacidad para amar a muchas personas.
  • A continuación, se enciende la primera vela de la fila indicando que esta vela representa a su madre que fue la primera persona a la que el niño o la niña quiso.
  • Después, y poco a poco, se van encendiendo las demás mientras se indica al niño o la niña quién representa cada una en función de las personas que han sido relevantes para el niño o niña (padre, hermanos/as, abuelos/as, otros familiares, vecinos/as, educadores/as, familia acogedora, familia adoptiva, etc.)
  • Entonces se le explica que mientras unas velas permanecen encendidas podemos seguir encendiendo otras y que eso significa que para querer a nuevas personas no es necesario dejar de querer a otras.
  • Por último, es importante pedirle que nos dé su impresión sobre la actividad y que nos cuente cómo se ha sentido. Eventualmente pedirle que haga un dibujo o una redacción de la actividad.

El camino de vida

Es una técnica basada en la representación gráfica en la que se plantean los posibles trayectos que puede seguir la vida del niño o la niña con posterioridad al acogimiento actual y en función de su plan de intervención. Es útil para ayudarle a pensar sobre las distintas opciones que puede tener en un momento dado de su vida y para facilitar la transición y su adaptación a la nueva situación. También ayuda a crear

expectativas ajustadas y positivas sobre el futuro y para explorar las ideas y contar con la opinión del niño o la niña.
La actividad consiste en representar gráficamente dichas opciones como caminos posibles.

La forma más común se hacer el camino basa en:

  1. Presentar al niño o la niña el dibujo de un camino cuya base está segmentada con casillas, como ocurre en juegos de mesa como la oca o el parchís, para que las vaya rellenando con información, situaciones o acontecimientos de su vida hasta llegar al momento presente.
  2. Una vez que el niño o la niña llega a través del camino al momento presente en el acogimiento, se le plantea qué posibilidades de futuro ve en su vida.
  3. Se le anima a que dibuje estas posibilidades en forma de caminos. Puede dibujar varios caminos que conducen a diferentes destinos en función de la información que tengan sobre su plan de intervención y a sus propias expectativas y deseos (volver a casa, vivir con una familia acogedora, permanecer en el centro o ir a vivir a una familia adoptiva, etc.).
  4. Analizar las diferentes etapas y circunstancias que se tienen que dar para llegar al destino final de cada camino y tratar las ideas, temores y expectativas del niño o niña en relación con tales posibilidades. Si de manera espontánea no incluyera un camino cuyo destino sea la alternativa de protección prevista, se dibuja un nuevo camino y se le anima a que lo considere.

Otras actividades que complementan el trabajo de historia de vida

Actividades basadas en el juego

Especialmente con los niños y niñas entre 4 y 7 años, el juego simbólico y dramático con muñecos, telas y materiales sencillos ofrece grandes posibilidades para expresar sentimientos y deseos, representar diferentes roles y aprender de diferentes modelos.

Con niños y niñas mayores, se pueden introducir también juegos de reglas o de simulación y todo tipo de juegos de mesa. Unos juegos pueden estar más indicados para facilitar la comunicación, otros para ayudar a la expresión de sentimientos y otros para descubrir expectativas y deseos, pero no debemos olvidar que en la práctica del trabajo de historia de vida se puede jugar sin perseguir una finalidad concreta sino simplemente para divertirnos.

Hacemos referencia a continuación a algunos juegos especialmente indicados en el trabajo de historia de vida.

Títeres y marionetas: La imaginación de los niños y niñas se desborda en el juego con títeres y marionetas al dar vida a diferentes personajes que pueden ser elaborados con telas, madera o con cualquier otro material y que

simulan a personas, animales, monstruos, etc. Para desarrollar esta actividad es necesario contar previamente con algunos de estos muñecos y que el niño o la niña y el adulto elijan los personajes con los que van a jugar. A continuación, con los personajes elegidos se crea una historia y seguidamente se representa improvisando las escenas.

Disfraces: El punto de partida es pensar en un personaje o en una situación que le gustaría simular. Pensar qué ropas utilizar para disfrazarse de dicho personaje, cómo pintarse la cara, cómo peinarse, etc. Posteriormente, se llevará a cabo la representación, en la que sería positivo dejar que el niño o niña guíe la acción.

Juegos con materiales sensitivos: La utilización de materiales como colores, pinturas de dedos, recipientes con agua, arena, etc., sobre todo con los más pequeños (entre 3-6 años), logrará que los niños y las niñas disfruten y se expresen de manera libre y creativa, a la vez que les puede ayudar a rebajar la tensión que les pueda crear el tratamiento de determinados temas en el trabajo de historia de vida.

Actividades basadas en el dibujo y la pintura

El dibujo es un elemento fundamental que no debe faltar a lo largo de todo el trabajo de historia de vida. La información que aparece representada en un dibujo puede ser un indicador de desarrollo intelectual y evolutivo, así como un elemento para la evaluación de su personalidad y de su estado emocional. Pero, sobre todo, es una puerta abierta a la forma en que el niño o la niña percibe e interpreta su mundo de relaciones y personas significativas. Podemos pedirles que se dibujen a sí mismos o que dibujen a su familia o a su familia acogedora, a sus amigos/as o a nosotros mismos mientras estamos con él o ella. Se puede dibujar su casa, el centro de acogida, la casa de su familia acogedora, o cualquier otro tema o personaje que le motive o interese.

A modo de ilustración de sus enormes posibilidades, se detallan a continuación dos propuestas de actividades que implican el dibujo.

Dibujando nuestras manos: Es una actividad que combina dibujo y manualidades. Para comenzar esta actividad, la persona encargada del trabajo de historia de vida debe disponer del material necesario: cartulina, lápices, rotuladores, tijeras y pegamento. A continuación, se le pide al niño o niña que ponga la mano con los dedos abiertos y extendidos sobre la cartulina y que

dibuje el contorno de su mano pasando con el lápiz entre los dedos.

Caras con expresión: Es una actividad que combina dibujo y manualidades para facilitar el reconocimiento y la expresión de diferentes estados de ánimo.

En primer lugar, es necesario que el niño o la niña piense en distintas emociones que conozca. Se podrá sugerir al niño o niña otros estados emocionales cuando sean muy pocos los que él o ella nos diga. Lo ideal con niños y niñas de entre 3 y 6 años es alcanzar un mínimo de 5 estados de ánimo básicos (p.e. alegría, tristeza, sorpresa, miedo, enfado) a los que pueden incorporarse algunos más cuando se trabaja con niños y niñas más mayores.

Luego, ambos dibujarán la expresión facial característica de cada emoción en un pequeño trozo de cartulina e introducirán cada uno de ellos en una caja o en una bolsa de tela o plástico. De este modo, primero uno después otro, según el orden que establezca, deberán sacar una cara de la bolsa y tratar de representarla poniendo la expresión del estado emocional que refleje. Esta actividad da pie a hablar con el niño o la niña acerca de la última vez que se ha sentido contento, triste, enfadado,… y a compartir esos momentos u otros que ellos quieran con nosotros.

Actividades basadas en las manualidades

Existe un sinfín de actividades manuales posibles donde la creatividad y los intereses de los niños y las niñas juegan un papel importante. Como ejemplo de estas posibilidades, aquí destacamos dos:

Caretas: El objetivo de esta actividad es facilitar el reconocimiento y la expresión de diferentes emociones mediante la elaboración de unas caretas. La tarea consiste en dibujar caras con distintas emociones previamente identificadas por el niño o la niña (p.e. alegría, tristeza, sorpresa, miedo, enfado), colorearlas si se desea y, posteriormente, recortarlas. Una vez elaboradas las caretas, podremos comenzar a utilizarlas. Se puede plantear al niño o niña una serie de situaciones sencillas (p.e., preguntarles por sus jugadores o equipos de fútbol preferidos o por cosas que les pasan a sus personajes favoritos) y pedirle que se ponga la careta con la expresión que mejor define lo que él o ella siente en relación con la situación que le planteamos. Cuando hayamos trabajado durante varias sesiones, esta actividad puede ayudar a explorar los sentimientos del

niño o la niña en relación con personas y hechos más cercanos y delicados, a través de cuestiones como: ¿Cómo te sentiste el otro día cuando te peleaste con Antonio? ¿Cómo te sientes cuando vienen tu papá y mamá a verte? ¿Cómo te lo pasaste el día de tu cumpleaños?

Collages: Lo primero es que el niño o la niña y la persona responsable del trabajo de historia de vida elijan juntos, teniendo en cuenta las preferencias y gustos del niño o la niña, la temática de la que desean hacer el collage.
Se pueden hacer collages, con texto e imágenes, de animales, paisajes, personas, acontecimientos, noticias, como recuerdo de viajes, excursiones o fiestas o de cualquier cosa que les interese o les preocupe. También se pueden hacer collages artísticos mezclando de modo creativo y expresivo diferentes elementos a la vez.
La elaboración conjunta de collages es una actividad que propicia un clima de confianza y de conocimiento entre la persona adulta y el niño o la niña, que refuerzar el resto del trabajo de historia de vida.

El libro de vida

El recurso técnico por excelencia en el trabajo de historia de vida es la elaboración de un libro de vida, un registro material en forma de libro en el que se incluye cronológicamente los elementos más significativos de la vida del niño o la niña, de su pasado, de sus experiencias presentes y de sus expectativas y deseos respecto al futuro.

El trabajo en torno a este libro les puede ayudar a contestar a la fundamental pregunta ¿Quién soy yo? Además, a partir de la selección y elaboración de los contenidos del libro, puede establecerse una vía de comunicación con ellos, ya que les ayuda a hacer preguntas, a revivir situaciones, a expresar sentimientos y vivencias, y a discutir sobre los hechos y las personas que forman parte de sus vidas.

Para llevar a cabo esta actividad existen básicamente dos posibilidades:

  • La primera es completar un modelo de libro de vida previamente diseñado para niños y niñas en acogimiento.(ACCEDE AL LIBRO DE VIDA)
  • La segunda, crear con el niño o la niña un libro de vida totalmente personalizado utilizando materiales diversos y diseñando su contenido y sus actividades.

En cualquiera de los dos casos, dado que un libro de vida es en gran medida un registro cronológico, lo mejor es que empiece a hacerse desde el mismo momento en que el niño o niña pasa a acogimiento familiar.

La elaboración del libro es un proceso que puede durar años y en su realización pueden participar y contribuir todas las personas significativas para el niño o la niña, siempre que lo desee. Hay que recordar que el libro pertenece al niño o a la niña y que, por lo tanto, es imprescindible mantener una estricta confidencialidad sobre su contenido. También hay que llegar a un acuerdo con el niño o la niña sobre el lugar dónde se va a guardar, es aconsejable ser prudentes y guardar el libro en un lugar seguro, aunque por supuesto, el niño o la niña podrá acceder a él cuando lo desee.
Un elemento importante en el caso de niños y niñas que se encuentran en acogimientos residenciales o familiares temporales es que el libro no se termina cuando el niño o la niña deja el acogimiento actual, sino que se lo puede llevar consigo a su nueva familia o centro para que pueda continuar con él.

Condiciones para empezar un libro de vida
  • Definir bien los objetivos que queremos alcanzar
  • Disponer de un lugar y un tiempo para el encuentro con el niño o niña sin interferencias
  • Preparar el material necesario
  • Motivación y un clima de entendimiento mutuo entre el niño o la niña y la persona reponsable
Para qué sirve un libro de vida
  • para facilitar la comunicación
  • para ayudar a iniciar la conversaciones y tocar temas importantes
  • para conservar la información
  • para construir un relato ordenado
  • para aclarar que es un tema del que se puede hablar
  • para transmitir aceptación y reconocimiento
  • para elaborar sentimientos ambiguos o dolorosos