No todos los niños y niñas tienen la oportunidad de crecer en contextos bientratantes. Cuando, como ocurre en la mayoría de las adopciones, no ha sido posible la permanencia de un tutor de desarrollo capaz de brindar al niño o niña los cuidados necesarios para su bienestar y que pueda emerger así la resiliencia primaria, es posible, gracias al apoyo de tutores de resiliencia, ofrecer oportunidades de seguridad y afecto que posibiliten la reparación de traumas y la revinculación afectiva.