Durante los primeros años de vida, el aprendizaje exige una experiencia básica de seguridad emocional, desde la cual el niño pueda explorar el entorno, manejar información novedosa, colaborar, etc. El artículo describe algunas claves esenciales aportadas por la teoría del apego para la comprensión de los factores que promueven la seguridad en el marco de las relaciones afectivas entre el niño y sus adultos de referencia (padres y educadores).