Existe una amplia información que avala la idea de que el juego tiene un papel de esencial importancia para el desarrollo psíquico de niños y niñas, es la primera herramienta para relacionarse con su entorno, estimula en el neurodesarrollo y favorece el vínculo de apego seguro. Jugar es fundamental para construir un cerebro sano, tanto en lo estructural como en lo funcional, y es la actividad por excelencia de los niños y las niñas, en cualquier etapa evolutiva en la que se encuentren.