El alcohol daña al feto en cualquier estadio del embarazo, incluso antes de que la madre sepa que está embarazada. El consumo de alcohol durante la gestación puede producir en el bebé un espectro de problemas físicos, mentales, del comportamiento y dificultades en el aprendizaje, englobados bajo el término Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), que tienen consecuencias a lo largo de toda su vida.