La búsqueda de los orígenes biológicos es un derecho de toda persona adoptada y así lo refleja nuestra legislación. La búsqueda de los propios orígenes se manifiesta como una necesidad personal. Necesitan saber qué pasó, por qué fueron dados en adopción, quién es su madre biológica, si tienen hermanos o hermanas, dónde estuvieron antes de su adopción, o en qué lugar nacieron…; poder saber, en definitiva, aquellos aspectos que desconocen sobre su propia historia. Se trata de un viaje hacia el interior, que emerge a lo largo de las distintas etapas de la vida, aunque suele materializarse en la adolescencia o madurez. Las familias adoptivas han de respetar el deseo de sus hijos e hijas de realizar, o no, la búsqueda de orígenes, apoyarles en su decisión y brindarles el acompañamiento necesario.