El bebé nace con un sistema nervioso por hacer, pero con un dispositivo básico cuya finalidad es vincularse al adulto encargado de cuidarlo y aprovechar la interacción con él para ir integrando el funcionamiento de sus componentes, de modo que todos ellos participen cuando conviene, según las demandas del entorno, regulando el ánimo, la conducta y la actividad de los sistemas corporales de manera que garantice una buena adaptación y un estado saludable.